Lestandor - Conclusión
-Eso parece, sí –respondió ella, asintiendo-; y ese tal profesor Cavada, ¿de manera que está por aquí?
-Sí, se instaló sin problemas y… ¡Vaya! ¡Qué coincidencia (como decimos en la Tierra Media)! ¡Precisamente por aquí viene!
En efecto, la desgarbada figura del profesor Oiolossë Cavada atravesaba en ese momento el mismo pasillo, y se detuvo junto a los dos colegas.
-¡Querido Doctor Eleder! ¡Qué gusto encontrarle!
-¡Hola, profesor! Permítame presentarle a la señorita N’Dyé… ¿Va todo bien, entonces? ¿Ningún problema?
-Todo va estupendamente, muchísimas gracias…Estoy encantado con los recursos de que dispone su Biblioteca; el señor Adanost es especialmente amable, de hecho se alegró mucho cuando le comenté lo que necesitaba para mis investigaciones, y dijo que usted estaría encantado de conocerlas más en detalle… En resumen, no sabe lo que le agradezco su oferta; estoy avanzando muchísimo.
-Me alegra mucho oírlo, profesor –respondió Eleder, sonriendo-; pero recuerde, nada de aplicaciones prácticas, ¿de acuerdo?
-Eh… -Cavada parecía algo extrañado- Sí, precisamente de eso quería hablarle… No termino de entender… ¿A qué aplicaciones prácticas se refiere usted? ¿Cree que es posible aplicar empíricamente unas investigaciones sobre la interpretación de la Ainulindalë en lo referente a la creación de las razas de Arda? Desde luego, tiene su cierto interés religioso, pero…
Eleder se quedó con los ojos abiertos –Pero… ¿De qué Balrogs está hablando? –inquirió bruscamente- ¡Me refiero al Desmaculador!
Cavada, de pronto, pareció entender algo. -¡Aaaah! ¡De manera que se referían a eso! Ahora entiendo las palabras de aquél rudo señor en el Valle Secreto… Dejé de trabajar en el tema de la Mácula hace ya meses; ¿no lo sabía? Decidí que eran unas investigaciones absurdas; el Plan de Eru nunca podría permitir algo así como un Desmaculador; si la Mácula está impregnada en toda la creación, es imposible usar una parte de ella para Desmacularla… Cuando me di cuenta, me pareció obvio. Por eso me sumergí en el tema de la génesis zoológica y su interpretación en los Textos Clásicos, me pareció un tema infinitamente más interesante… Eh… ¿se encuentra usted bien, Doctor? Parece como si…
-Sí… eh… no se preocupe… Todo bien… -dijo Eleder entrecortadamente, mientras N’Dyé le sujetaba para evitar que se desplomara, y le daba aire con su abanico sureño- Pues nada… Que le vaya muy bien con su investigación… Cualquier cosa… ya sabe…
Y mientras el profesor se alejaba por el pasillo, Eleder estalló en improperios:
-¡Todo esto para nada! ¡Todo el sufrimiento, y resulta que al final nada de todo esto tenía sentido! ¡Se va a enterar el Catedrático de Maculología! ¡Esta vez verá cómo…!
-¡Pero Eleder, calma! –intentó tranquilizarle N’Dyè- De todos modos, tú mismo has dicho que fue una experiencia interesante, ¿verdad?
-Bueno, sí, es cierto –se tranquilizó Eleder-; en cualquier caso, lo que tengo claro es… ¡¡que no volveré a salir de esta isla en muchísimo tiempo! ¡Ni me alejaré dos manzanas siquiera de la avenida Armenelos! ¡Ya tengo viajes suficientes para muchísimo tiempo!
-Vaya, Doctor, ¡me alegra oir eso! –se oyó de pronto una vez que provenía de una figura que, con andares pesados, avanzaba hacia ellos con la seguridad en sí mismo que sólo un Rector puede tener- Pues, si se va a quedar aquí las próximas semanas, ¿podrá ayudar entonces en la preparación de los Festejos de Yule de este año? Precisamente necesitaba a alguien que… ¿Y en los Ciclos de Conferencias Invernales de la Universidad? Ah, y quizás pueda echarnos un cable también con la recepción del embajador de Ciudad Gondor, que llegará dentro de pocos días…
Y Eleder, presa del nerviosismo, agarró del brazo a N’Dyé, diciéndole –Eeeehm, pues, señorita, le agradezco muchísimo esa invitación a visitar a sus familiares… Señor Rector, de verdad, no sabe cuánto lo siento… Harad tiene que estar precioso en esta época del año, ¿verdad? ¿Y cuándo dice que sale el próximo dirigible…? Y además, seguro que allí no llueve…
FIN
2 Comentarios:
Juas, juas, juas, juas. Pobre doctor...
No entiendo esta extravagante tendencia a querer salir huyendo de la UAN en cuanto hay alguna perspectiva de tener que trabajar, ¿no conocen, queridos colegas, el maravilloso concepto de "Edad Sabática"?
Yo me la tomé nada más conseguir la plaza de profesor.
Pero coincido con lo dicho: Pobre doctor...
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